Sedes

En medio de la pandemia, los profesores de la sede crearon un programa radial que tuvo como objetivo principal, resolver inquietudes sobre el Covid-19 y cómo sobrellevar la enfermedad en la cotidianidad. El Canto del Tucán llegó a través de la emisora más escuchada de Leticia a las principales comunidades indígenas de la región. Cada emisión contó con traducción en lenguas nativas y fue tan exitosa, que alcanzó el reconocimiento de la Organización Panamericana de la Salud.

El programa que exitosamente fue aceptado por jóvenes residentes en el Sumapaz permitió que se extendiera también a otras zonas rurales de Bogotá como Ciudad Bolívar y Usaquén. La metodología de este PEAMA, permite la creación de proyectos de alto impacto socioeconómico como por ejemplo, una propuesta dirigida a la agricultura urbana de una granja en Ciudad Bolívar dedicada al cultivo del Amaranto.

Con el paso del huracán Beta en 2005 por las islas, expertos de la sede Caribe comenzaron su trabajo de investigación sobre los fenómenos naturales, sus efectos y la manera más adecuada de responder ante una eventual tragedia. Dicho conocimiento sirvió para que en el año de 2020 la sede actuara de manera efectiva ante la tragedia causada por el huracán Iota en las islas de San Andrés y Providencia. La respuesta de la UNAL en la región llamó la atención de organismos locales y gubernamentales, logrando que la vincularan como un Actor Estratégico del Sistema de Gestión de Riesgo de Desastres. El trabajo no se ha detenido y hoy, se ha avanzado en incrementar el conocimiento de la comunidad para cuidar aspectos socioeconómicos y también medio ambientales.

Entre el año 2019 y 2021 más de mil estudiantes de la UNAL en Valledupar, cumplieron su objetivo de llegar a la educación superior, a través de un programa especial que flexibilizó algunos requisitos de admisión. El programa se realizó en el marco de la apertura de la más reciente sede de la UNAL y benefició a los jóvenes del César, la Guajira y Magdalena.

El proyecto se propone la armonización de funciones misionales a través de la investigación formativa, implementar estrategias que logren una comprensión colectiva de la ciencia y la academia y la aplicación interdisciplinaria para el desarrollo y transformación de los territorios. El proyecto ha permitido que los estudiantes entiendan la educación más allá de un aula de clase y alcancen proyectos de emprendimiento que buscan mejorar aspectos socioeconómicos y políticos de las comunidades.

Los maestros que hacen parte de la iniciativa han encontrado en el Laboratorio un espacio de reflexión que lleva a nuevas propuestas educativas repensando, las maneras tradicionales en nuestro país. La época de pandemia permitió que el espacio se consolidara y se llevara de manera más asertiva a espacios virtuales, presenciales y se obtuviera además una mezcla que permitió la preparación de muchos docentes en el ámbito tecnológico. Luego del confinamiento, también se logró que los docentes de la sede cambiaran sus metodologías por unas más efectivas, las cuales se ajustan a contextos y necesidades específicas de los estudiantes.

El relacionamiento académico de profesores de la sede con entidades del orden Nacional e Internacional de la región Orinoquia, permitió la creación del Observatorio de Frontera, Territorio y Paz, el cual ha obtenido un reconocimiento importante en los municipios como Cravo Norte, Puerto Rondón y Pore, que fueron afectados por el conflicto armado en el país. El trabajo de acompañamiento que se ha realizado para la construcción de documentos que aporten a la Memoria Histórica y otros que han sido presentados ante la JEP, han logrado que los ciudadanos en la paz y la reparación colectiva como una posibilidad y un propósito.

El compromiso con la investigación y la labor incansable por demostrar resultados en diferentes propuestas que buscan el sostenimiento de la región en prácticas como la pesca, hace que la UNAL tenga un reconocimiento importante entre los habitantes de Palmira y sus alrededores.

Desde 2017, se creó el espacio dedicado exclusivamente al esparcimiento de los estudiantes en la sede Palmira. A través de películas y diferentes juegos, los jóvenes establecen encuentros que van más allá del relacionamiento social, logrando intercambios interdisciplinarios y académicos que surten efecto en el desarrollo de proyectos.

Con la Participación de líderes de Tumaco, el Observatorio ha logrado fortalecer la herencia de las tradiciones en el Pacífico Colombiano con el fin de construir políticas públicas que den sentido a la cultura afro en país y con ello el desarrollo socioeconómico de la región. El trabajo entre la academia y los conocimientos ancestrales es fundamental.